Finalmente puedo decir que... ¡tengo casa nueva! Hoy hubo mudanza y sentí el alivio de poder sacar toda mi ropa de las valijas que tan cuidadosamente había armado Eze. Después de tres horas de limpieza y orden, me queda colgar fotos, bandera y demás cosas, ¡y listo!
Llegué hace poquito pero ya la adoro. Marie, la estudiante que me la dejó por estos meses, me dejó de todo así que estoy más que cómoda.
La ubicación es genial; estoy a sólo dos cuadras de la facu y en el centro de Groningen.
Ya estoy pronta a empezar las clases -mañana a las 9 tengo la primera y ya me dieron actividades para hacer- así que los nervios no son pocos.