sábado, 31 de octubre de 2009

Póngale el cerebro al chancho

Ayer tuvimos nuestra primera clase de Afasiología. Aunque hay muchas cosas que no me fueron nuevas durante al introducción a la materia, después de la pausa, la profesora nos sorprendió con el siguiente questionario:

The pig's brain

Try to find:
  • The four lobes
  • The cerebellum
  • The corpus callosum
  • Is there a Rolandic sulcus?
  • Can you find the foot of the third left frontal gyrus?
  • Is there a superior temporal gyrus?
  • The cortex and subcortical areas.

Pero el cuestionario no se limitó a un dibujito. Mevr. Bastiaanse realmente se tomó el trabajo de ir a la carnicería y traernos unos hermosos ejemplares de cerebro porcino. Eso sí, N1H1-Free.
















miércoles, 28 de octubre de 2009

In Flanders Fields

Cecil tenía quince años cuando escapó de su casa en Kent. Cansado del maltrato de su abuela, pensó que enlistarse en la marina sería la mejor vía de escape para una adolescencia sombría y un futuro impreciso. Una profesión, un plato de comida tres veces al día y un salario con el que podría mantenerse resultaban suficientes razones para dejar su ciudad natal y partir rumbo a Sudáfrica. Pero Cecil no sabía que servir a Su Majestad Jorge V de Inglaterra podría ser más duro que la crueldad de cualquier abuela, y cuando llegó a Cape Town enterró su uniforme al pie de la Table Mountain y decidió escapar por segunda vez.

En su disyun-tiva entre ser niño y hombre, Cecil entendió que para con-vertirse en lo último debía volver al ejér-cito, pero sabía que de hacerlo debería pagar su desersión con la pena de muerte. Con un poco de astucia, llegó a Johannesburg y se enlistó en el ejército utilizando su segundo nombre y su primer apellido. Desde ese momento sería Robert Graham, y se quedaría en paz con su conciencia; nadie podría llamarlo cobarde.

Desde hacía más de un año, Ypres se había transformado en uno de los puntos estratégicos más codiciados para alemanes y Aliados y fue allí a donde Robert fue enviado. La invasión alemana a Bélgica había obligado a la Corona Británica a formar parte de la Gran Guerra, y desde ese momento, tropas del imperio y de la colonia británica ocupaban territorio belga.

Durante los dos años que Ro-bert estuvo en Bélgica, Ypres y sus alrededores fueron lugar de numerosas ba-tallas. También, el sitio donde por primera vez se probaron los efectos del gas cloro y del gas mostaza. Para los británicos, conservar Ypres significaba impedir el avance de las tropas alemanas rumbo a Francia, y esta fue la tarea a la que fueron encomendados decenas de miles de soldados.

Pero Robert no llegó a ver la toma de lo que quedaba de Ypres en 1918. Un año antes, una bomba cayó en su trinchera y los escombros que cayeron sobre él rompieron sus tobillos. Obligado a ir en busca de compañeros heridos, Robert ató sus botas lo más fuerte que pudo para calmar el dolor y obedeció. Una bala en el pecho lo sorprendió y dejó tirado en medio del campo de batalla.

Ahora, para aquellos que aman los finales hollywoodenses, es sabido que siempre hay una segunda oportunidad para los héroes de guerra, y Robert no careció de la suya. Dos días después de ser baleado, fue encontrado por un grupo de médicos; estaba vivo. La bala había dado en una moneda dentro de su billetera y había impedido que muriera. Increíble o no, la herida le dio su pasaje a Inglaterra, donde recibió tratamiento. En el hospital, él pidió volver a Sudáfrica; no podía regresar a Kent, ya que el ejército seguía buscándolo por desertor.

Después de la guerra, Robert encontró trabajo dibujando y diseñando las calles de Johannesburg. En 1939, ya casado y con hijos, volvió a unirse al ejército y luchó en Egipto durante la Segunda Guerra Mundial. Esta vez ileso, volvió a Sudáfrica y entendió que había arriesgado su vida durante más de siete años por la Corona Inglesa. Era tiempo de volver y dar la cara.

Pero como eran otros tiempos, y viajar no era tan fácil ni común como lo es ahora, recién en 1961, su hijo Ronald y su nuera pudieron llevarlo a Kent. Sus hermanos y primos dijeron que no le hablarían hasta que se entregara a la policía. Él había deshonrado a la familia. Robert entendió que Inglaterra ya no era su hogar, y que los valores y patria por los que había peleado no lo respaldarían, aunque le hubieran otorgado una medalla por su valentía y honor. Defraudado por la reacción de su familia, volvió a Sudáfrica una vez más, esta vez para siempre.

La medalla hoy descansa en una pared en una granja en el Klein Karoo. La billetera está en vías de ser llevada al Museo de Guerra en Inglaterra. El resto -en el que incluyo mi interés por visitar Ypres más de noventa años después- es historia.

Algunas fotos más de mi visita a Ypres haciendo click acá.

lunes, 26 de octubre de 2009

Palabras cruzadas

Hoy soñé que para pasar mi examen de estadísticas tenía que completar un kruiswoordraadsel en holandés. ¿Tengo que explicar cómo me fue?

sábado, 24 de octubre de 2009

In Bruges

"Ken: Coming up?
Ray: What's up there?
Ken: The view.
Ray: The view of what? The view of down here? I can see that down here.
Ken: Ray, you are about the worst tourist in the whole world.

Ray: Ken, I grew up in Dublin. I love Dublin. If I grew up on a farm, and was retarded, Bruges might impress me but I didn't, so it doesn't. "

Tal vez deba considerarme por debajo del promedio de Coeficiente Intelectual normal... Algunas fotos de mi paso por Brujas haciendo click acá.

viernes, 23 de octubre de 2009

Algunas cosas que hice...

...durante mi viaje a Bélgica:

1. Tomé trenes y perdí combinaciones.

2. Pedí instrucciones en holandés y después a otra persona en inglés para estar segura de que había entendido.

3. Comí wafles belgas, y compré postales que tal vez jamás mande.

4. Pedí a cuanto turista se me aparecía que me sacara fotos y les dije que estaban bien cuando sólo pensaba "¿quién te enseñó a sacar fotos?"

5. Caminé sonriendo sin saber por qué.

6. Me di el gusto de contestar en porteño las guarangadas de un argentino desubicado.

7. Salí corriendo del susto después de que una hermana benedictina me sorprendiera entrando a la oscura capilla de su monasterio.

8. Saqué foto a toda cosa que me pareciera curiosa. También a edificios y monumentos cuyo nombre seguramente olvide.

9. Charlé con una señora holandesa por casi diez minutos sin pecar de agramática.

10. Corrí más de una vez para alcanzar un tren.

11. Me puse a cebar mate segura de que iba a sacar conversación.

12. Hice uso abusivo de mi juventud en cuanta tarifa pude.

13. Intercambié mails y direcciones de facebook con gente a la que vi por un par de horas.

14. Pasée apuntes y textos que no leí.

15. Me senté en plazas a ver la gente pasar.

16. Dejé una bufanda olvidada en el hostel donde me hospedaba.

17. Permanecí al menos un minuto con la cabeza hacia atrás y la boca medio abierta mirando algún edificio.

18. Caminé bajo la lluvia con la tranquilidad de que no tenía que llegar impecable a ningún lado.

19. Junté papelitos. Muchos. Mapas, folletos, más mapas.

20. Descansé.

El Mate Viajero (I)

Hace unos días, durante mi viaje a Bélgica, me acordé de cuando estaba en primer grado. No recuerdo bien si fue mi maestra, o alguna madre de la división que comenzó la cuestión de la "carpeta viajera". Sé que es una práctica común durante los primeros años de escolaridad, pero para quienes no tuvieron una les explico de qué se trataba. Una vez por semana Silvia, nuestra maestra, le daba la carpeta a uno de los chicos para que se la llevara a la casa. En esa carpeta, los padres debían plasmar algo de sus vidas -generalmente algún tópico establecido con anterioridad- a través de fotos, dibujos, cuentos, o cualquier otro tipo de manifestación artística. A la semana siguiente la carpeta volvía a la escuela y todos compartíamos lo que nuestro compañero y sus padres habían escrito. Era una suerte de ritual eso de leer lo que decía la carpeta, y padres e hijos nos esforzábamos para que nuestra contribución para con ella fuera la más completa y creativa.

Creo que fue mientras estaba en la estación de tren de Antwerpen que pensé todo esto. Esperando mi tren a Brujas, mate en mano, pensé que este blog era una suerte de carpeta viajera, y que el ánimo que me dan mis familiares, amigos y desconocidos para que siga escribiendo se parece un poco a la ansiedad que yo sentía cada vez que la carpeta volvía a la escuela. Lo cierto es que a veces es difícil poder cumplir con tantas expectativas, pero sigo intentando. Mientras tanto, he decidido inaugurar esta nueva sección del blog: "El mate viajero." Compañero de aventuras de los últimos días, mi mate está disfrutando este viaje tanto como yo y merece un lugar en este espacio. Primera foto de muchas que vendrán, el mate viajero descansa en la plaza de Antwerpen. Detrás, la estatua de Rubens y la catedral.

sábado, 17 de octubre de 2009

¿De dónde te tengo?

Hace un rato decidí tomarme un descanso del estudio (el lunes tengo examen de Estadísticas) y me puse a ver algo de tele. Haciendo zapping encontré la versión holandesa de El_Muro_Infernal. Programa que no soporto en Argentina, también en Holanda... ufff. "Pero... pero ¡a ese flaco lo conozco!" Pero ¿de dónde? "Habla holandés, así que tiene que ser de acá. "

Estuve diez minutos tratando de dilucidar de dónde lo conocía, hasta que finalmente me di cuenta de que lo había visto durante mi viaje en tren camino a Groningen, apenas llegué a Holanda. ¡, era él! "Mmm... ¿cómo es posible? Será un invitado," quise creer.

Una rápida en Google me desasnó. Era como pensaba nomás, Beau van Erven Dorens, el conductor de la versión holandesa de CQC también conducía Hole in the Wall. Me pregunto si a Marley le calzarán bien los lentes de sol, y a Pergolini las calcitas y el casco...

jueves, 15 de octubre de 2009

Wait a minute Mr. Postman!

Cuando llegué a casa ayer por la mañana encontré una nota que decía:

"Geachte mevrouw/ heer Gattei:

Vandaag hebben wij geprobeerd een zendig bij u af te leveren/op te halen.
De zendig wordt de eerstvolgende dag (uitgezonderd zon- en feestdagen)
opnieuw op uw adres aangeboden tussen: 12.00 - 18.00."

Traducido al criollo, decía algo así como que tenían correo para mí y que pasarían el primer día habil de 12 a 18.

Hoy a las 12.05 tocaron
el timbre: Mi regalo de cumpleaños; tarde, pero seguro. ¡Gracias ma, gracias pa!

Carito
Delegada Argentina en Holanda
DDLA
(Dulce De Lecheros Anónimos)

Bajo cero

¡9 de la mañana y hace -4° C! ¡¿Cómo se sale para salir con esta temperatura?!

miércoles, 14 de octubre de 2009

Este dedito se compró un huevo...

El lunes a la noche conocí el Stadsschouwburg de Groningen. Se trata del teatro más grande de la ciudad. Heidi, la directora de Santelli, nos nvitó a ver Traces, obra del grupo de circo contemporáneo canadiense Les 7 doigts de la main. El grupo original está formado por ex-acróbatas del Cirque du Soleil y otras compañías de carácter internacional y por lo tanto, merecían ocupar tal escenario.

Además de la increíble plasticidad, y agilidad de los cinco acróbatas que estuvieron sobre el escenario (todavía sigo con la boca abierta), no faltaron música ni un sutil sentido del humor.

Pispéen el video de promoción de la obra. Sólo puedo decir: im-pe-ca-ble.

sábado, 10 de octubre de 2009

Gefeliciteerd!

Ayer me llegó el cuarto de siglo. Fue mi primer cumplea-ños con 6°C, y tam-bién el primero lejos de mi familia y amigos. Aunque se los extrañó muchísimo, pude pasarlo rodeada de buena gente que hizo que mi día fuera especial.

Tampoco faltaron sorpresas, y buena comida (¡las empanadas fueron un éxito!). Aunque este año me quedé sin el bizcochuelo de papá, Tina y Conny me hicieron una torta riquísima.

Mis regalos favoritos hasta el momento (¡¡que nadie se ofenda por el orden!!)

1. Una canasta de picnic (Regalo de S)
2. Un termo y Maté Thee (de Tina y Conny, unas genias)
3. Fotos exclusivas del vestido de casamiento de Julie (no se pongan celosas, Malalas)
4. Un libro titulado "Ik kan al lezen" ("Ya puedo leer") No se rían, ¡mi nivel de holandés es similar al de un niño de 6 años! (Regalo de Marloes y Leire)
5. Flores miles de todos los colores (de Funie, Sylvia y Charlie, y Tineke)

Desde hoy estoy más cerca de los 30 que de los 20 ¡zas!
Las fotos del evento acá
(For English speakers, pics here)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un día de furia

Hoy comprobé que en Europa también se puede tener un pésimo día. Como suele suceder en estos casos, uno sólo descubre que se trata de uno de esos días cuando ya está en medio del baile y no puede más que bailar.

Todo empezó ayer a la noche mientras escribía el informe sobre mi proyecto de adscripción (Maxi, Virgi, ¡prometo que ya lo entrego!). Gradualmente y sin darme cuenta la pantalla de mi computadora empezó a titilar. "Un virus", pensé. Actualicé mi antivirus y nada. La hermosa imagen de Algeria que tengo en el escritorio de mi computadora de repente desapa-reció. "Demasiado para un martes a las 12.30 AM. Me voy a dormir." Descansé con la tranquilidad de haber hecho un backup de mis archivos la semana anterior, pero me levanté temprano para ver qué podía hacer.

Hoy a la mañana prendí la computadora y encontré igual panorama. A los quince minutos la pantalla se apagó. "¡La batería!", se me ocurrió. Dicho y hecho. Saqué la batería, enchufé la computadora y funcionaba. Podía respirar tranquila. Buscando en Google acerca del posible problema vi un video explicativo que me ayudó a entender el problema. ¡Volví a poner la batería y funcionaba!

Problema resuelto. Pronto debía salir para la facu. Miré la hora y... "¿Dónde está mi reloj?" Lo busqué por todos lados pero inútilmente. "Se hace tarde; tengo que salir", me dije. Abrí la puerta y llovía. "¡Uf... Hace más de una semana que llueve en Groningen. ¿Algo más puede pasarme?" Sí. En mi apuro y pesadumbre por haber perdido el reloj que Stuart me había regalado para mi primer cumpleaños juntos, no me di cuenta de que mi bicicleta hacía un ruido extraño. Llegué a la facultad con un humor de perros y lo comprobé: otra vez se me había pinchado la rueda trasera.

Después de clase volví al negocio donde el viernes anterior me dijeron haber cambiado la llanta pinchada. Creo que el pobre chico que atendía me vio mi cara de "no me vas a hacer pagar por esto de nuevo", porque enseguida me dijo que no había problema, que la garantía lo cubría.

En cuanto al reloj, todavía no lo encontré, aunque Elena me contó que en Rusia existe una superstición que dice que cuando se pierde un reloj se encuentra la felicidad...

martes, 6 de octubre de 2009

Corte y Confección

Hace unos días recibí un mail de un lugar llamado Sirkuksen tiedotuskeskus. Johanna (la primera vez que puedo distinguir si se trata de una mujer o un hombre a través del nombre) me informaba que la escuela de circo más cercana a Joensuu quedaba en Kuopio, a 140 km de donde estaré estudiando el año que viene. Considerando que no voy a viajar esa distancia cada vez que quiera entrenar, y a pedido de mi madre, abro la siguiente encuesta: ¿Qué hobbie nuevo puede empezar Carito en Finlandia?

Cuestiones a considerar:
1. ¡En Finlandia hace frío! (Nada que implique andar con poca ropa, al menos no afuera ;-)
2. ¡En Finlandia hay nieve a montones! (Ciclismo, descartado)
3. ¡En Finlandia no hay montañas! (No piensen en el esquí)
4. ¡En Finalndia la mayor parte de los víveres son importados -¿tengo que explicar por qué?! (clase de cocina y repostería tradicional a la basura)

Espero propuestas hasta el sábado que viene, ¡después los invito a votar!

domingo, 4 de octubre de 2009

Lekker slapen!

Los que me conocen saben que no tengo problemas de insomnio. Los que me conocen aun más, seguramente habrán escuhado la historia que dice que alguna vez mi mamá me dejó cuidando a mi hermano porque estaba enfermo, y que no escuché cuando él me dijo que se sentía mal porque dormía plácidamente. Acerca de esa historia, voy a guardarme los comentarios y sólo decir que hace año y medio pude resarcir mi falta de ¿responsabilidad? y convertirme en una buena hermana nuevamente. Pero en fin, el hecho es que puedo dormir sin problemas, y mucho.

Hace un par de semanas me descubrí dando vueltas en la cama a las 4 de la mañana. Es verdad, era lunes y había estado entrenando, y siempre que entreno me cuesta dormir. Pero a eso de la 1 mi cerebro se desenchufa por completo hasta la mañana siguiente. Algo estaba pasando.

La siguientes noches no tuve problema alguno, hasta que llegó el lunes otra vez. Dos de la mañana y seguía despierta. Apenas llegaba a ese estado en el que uno sueña medio despierto y cualquier ruido me despertaba y mantenía alerta por media hora más. A eso de las 3.30 pude entender parte de lo que pasaba.

Pero para contarles, primero tienen que conocer algunos aspectos sobre la ubicación de mi casa y las costumbres holandesas. Hace algunas semanas les conté dónde quedaba mi departamento. Esta es la esquina.

De día no dice mucho, mas que se trata de una casa medio vieja y que se parece bastante a todas las demás casa en Groningen. Pero de noche es diferente. La calle que rodea uno de los lados de mi casa, Vishoek, es una de las más conocidas de Groningen. ¿Por qué? Bueno, simplemente porque allí termina/empieza una de las calles donde se ejerce la profesión más antigua del mundo. El "Barrio rojo", "Red light district" o "Rossebuurt" en Groningen consiste de dos calles: Muurstraat y Nieuwstad, una en el norte y otra en el sur de la ciudad. Si existen diferencias a nivel sociocultural de sus visitantes no lo sé, aunque sería interesante averiguar si hay algún tipo de rivalidad al mejor estilo Palermo / Constitución considerando que sólo las separan diez cuadras.

Lo particular de vivir en esta esquina es que no importa el momento del día, siempre hay gente. Y como vivo en planta baja, por lo general escucho todo lo que la gente dice. De noche, me acostumbré a las voces y gritos medio ebrios de quienes pasan en bicicleta y logré que se convirtieran en mi canción de cuna. A veces me encanta correr sorpresivamente la cortina y verle la cara de susto a los pibes (generalmente adolescentes) que se sientan al pie de mi ventana a charlar. Alguna que otra vez sueño que entiendo lo que dicen, me despierto y me vuelvo a dormir contenta de que las horas que le dedico al holandés den resultado.

Pero los lunes el panorama cambia. Por la calle no pasa un alma, nadie se sienta al pie de mi ventana a charlar, no hay ruido, ni voces, ni gritos. ¿Es que los asiduos clientes ya no tienen más plata el lunes por la noche? ¿O ese día las prostitutas no trabajan? Todavía no sé si fue mera casualidad, pero de ser así ya encontré una solución: hace dos lunes que duermo con la tele prendida. ¿Podré dormir mañana?