...durante mi viaje a Bélgica:
1. Tomé trenes y perdí combinaciones.
2. Pedí instrucciones en holandés y después a otra persona en inglés para estar segura de que había entendido.
3. Comí wafles belgas, y compré postales que tal vez jamás mande.
4. Pedí a cuanto turista se me aparecía que me sacara fotos y les dije que estaban bien cuando sólo pensaba "¿quién te enseñó a sacar fotos?"
5. Caminé sonriendo sin saber por qué.
6. Me di el gusto de contestar en porteño las guarangadas de un argentino desubicado.
7. Salí corriendo del susto después de que una hermana benedictina me sorprendiera entrando a la oscura capilla de su monasterio.
8. Saqué foto a toda cosa que me pareciera curiosa. También a edificios y monumentos cuyo nombre seguramente olvide.
9. Charlé con una señora holandesa por casi diez minutos sin pecar de agramática.
10. Corrí más de una vez para alcanzar un tren.
11. Me puse a cebar mate segura de que iba a sacar conversación.
12. Hice uso abusivo de mi juventud en cuanta tarifa pude.
13. Intercambié mails y direcciones de facebook con gente a la que vi por un par de horas.
14. Pasée apuntes y textos que no leí.
15. Me senté en plazas a ver la gente pasar.
16. Dejé una bufanda olvidada en el hostel donde me hospedaba.
17. Permanecí al menos un minuto con la cabeza hacia atrás y la boca medio abierta mirando algún edificio.
18. Caminé bajo la lluvia con la tranquilidad de que no tenía que llegar impecable a ningún lado.
19. Junté papelitos. Muchos. Mapas, folletos, más mapas.
20. Descansé.