viernes, 26 de febrero de 2010

Fonetiikan goma päivat Ilomantsissa

Tengo un amigo que sabe mucho de fotos y que una vez me dijo que todos tenemos alguna "foto goma" por ahí publicada. El con- cepto es com- plicado de explicar (tal vez él pueda ayudarme), pero algunos ejemplos pueden servir: la foto al lado de un auto deportivo o de un granadero/ guardia,  o aquella sosteniéndole los genitales al David de Miguel Ángel, la autofoto haciendo ronda y mirando al piso, o la foto saltando cual publicidad de yogurt dietético... todas fotos goma.

Hoy volvimos de una conferencia de fonética en Ilomantsi, a unos 70 kilómetros de Joensuu. Lejos de nuestras expectativas, la conferencia resultó ser un tedio, ya que la mayor parte de las ponencias fueron en finés. Así que durante dos días no hicimos más que comer, domir, volver a comer, ir al sauna, salir a caminar, y tomar café. 

Hace un rato me puse a mirar las fotos que sacamos en uno de nuestros paseos. Tiempo libre, que le dicen, y alguna que otro "foto goma" dando vueltas. Como ven, la vida académica es muy seria.

Algunas fotos goma y otras más de nuestro paseo en Ilomantsi, haciendo click acá.

sábado, 20 de febrero de 2010

Sun is shining!


De vez en cuando en Joensuu sale el sol, y mis fotos y mi humor salen menos grises. Cuando es así hace todavía más frío, pero a esta altura, ¿cuántos sweaters más puedo ponerme?

Les comparto un poco de mi buen humor haciendo click acá

Para la cartera de la dama...

...y el bolsillo del caballero, hoy les traigo  una oferta i-ni-gua-la-ble. Traída desde los invernaderos de Finlandia, y a precio promocional para venta en la vía pública, por sólo dos euros nomás, se lleva seis productos. Antioxidante, diurético, para tomar a la tarde con amigos y familiares, para aparentar que se esta drogando impunemente, para molestar a un compañero de piso y ponerla en lugar del orégano, o simplemente para tenerla de recuerdo. Los seis productos, señoras y señores, para compartir con el vecino, y tomar por las mañanas. Por sólo dos moneditas de un euro se lleva sesenta gramos de la más sabrosa... ¡YERBA MATE!

¿Alguien les explicó a los fineses que con sesenta gramos de yerba apenas tomamos un termo de mate?

martes, 9 de febrero de 2010

Muchos pinos, varios libros, pero sin hijos

El otro día leí que en Finlandia se están preparando para las consecuencias del envejecimiento demográfico que está enfrentando el país. Es verdad, en un mes viviendo acá, sólo vi a una mujer embarazada, y al menos en Joensuu, gran parte de los jóvenes son de países extranjeros.

Creo que el frío y la lengua (finesa) tienen algo que ver en el hecho de que en todo el país sólo vivan seis millones de habitantes. ¿Por qué? Primero porque ponerle algo de onda al acto reproductivo no aplica en los países nórdicos. ¡Hacer un strip-tease llevaría horas! 

Los accidentes tampoco ocurren, porque las mujeres sí toman la pastilla, ¡contar los días lleva añares! Una de las conclusiones que saqué durante mis clases de finés es que cuanto más alto es el número, más largo. Así, uno es "yksi", cinco es "viisi", doce es "kaksitoista" y veintiocho... ¡"kaksikymentääkahdeksan"! (Mi regla en finés es "si el precio es largo no lo compres").

Por otro lado, nuestra profesora de finés nos dijo que los fineses no aman, ni odian y por eso apenas si usan esas palabras. Las cosas sólo les gustan o no, y hasta te lo dicen con cara de asquito. En un mundo globalizado, donde los canales de cable pasan las telenovelas latinomaericanas más melosas, eso puede resultar poco atractivo. 

El chamuyo tampoco tiene lugar en Finlandia. Cuando preguntás "Mita kuuluu?" (¿Cómo estás?), no hay que contestar "bien" o "mal", sino "Ei erikoista" (Nada especial), y se acabó la conversación. Preguntar por el estudio, el horóscopo, el barrio donde vivís, tu música y películas preferidas y llegar a invitar a alguien al cine quedan descartados para siempre, alterando indefectiblente la cadena reproductiva.

domingo, 7 de febrero de 2010

¡Aplausos! (II)

Ayer a la noche aprendí que se puede aplaudir con los guantes puestos. El ruido no es muy audible, pero cuando son cientas las personas que aplauden, éste se convierte en algo bastante particular. Aunque poco comparable, creo que se parece al ruido que hacen las sopapas cuando uno trata de destapar una cañería y éstas no están del todo pegadas. Si bien el fin es destapar el bendito caño que nos tiene a mal correr, resulta bastante decepcionante cuando uno espera un ¡plop! que nunca llega. Así de extraño es aplaudir con guantes; uno quiere hacer ruido, pero no puede.

¿Por qué no sacarse los guantes entonces? La pregunta ni se nos pasó por la cabeza ayer a la noche, cuando fuimos a ver Hurtta, una obra de teatro finesa al aire libre. Con -10°C, y a la orilla del río, no pensamos que eso fuera posible.



Lo particular de la compañía de teatro que pone en escena a Hurtta es que no necesita más que a los actores y el vestuario. La escenografía, con algunos retoques acá y allá, la construyen en cada lugar, nada más y nada menos que con nieve y hielo. Una iglesia de hielo, rampas y torres iluminadas con luces de todos colores, crearon una atmósfera inigualable, que probablemente jamás vuelva a ver en mi vida. 

La temperatura, claro, no ayudaba. Pero la obra duró lo suficiente como para ver el vaivén acompasado de un público que comenzaba a tener frío y movía piernas y brazos para combatirlo, pero no tanto como para que muriera congelado.

Lamentablemente, apenas si pude sacar fotos. A esta temperatura una aprende rápido que el frío y las cámaras digitales no son los mejores amigos, y la batería se congela en pocos minutos. Pero en la página web pueden ver unas cuantas (desde ya, mucho más lindas que las mías) para que tengan una idea de qué se trata.

Y la obra sí, estaba en finés, y apenas entendimos las canciones (por suerte no había mucho diálogo). Pero el malo se murió y el pueblo se quedó contento y festejó cantando, bailando y patinando sobre hielo. Aunque  creo que dejé de entender cuando la princesa rubia tuvo hijitos con el villano (morocho y barbudo, claro) y bailaba enamorada junto a él. Ahí se me cruzaron los cables.  Pero en fin, una experiencia de las raras y lindas, como Finlandia.

martes, 2 de febrero de 2010

¿Tenés calor? ¡Tocá el tambor!

La verdad es que nunca entendí esa rima. Siempre me pareció un poco tonta la idea de tocar un tambor cuando tenía calor, o ponerme la capa de mi tío cuando tenía frío (además de que la idea de imaginarme a mi tío con capa... bueno, sin palabras). Pero hoy, con 0°C en Finlandia, ¡hace calor! Y sí, tengo ganas de festejar y tocar el tambor.