martes, 25 de octubre de 2011

Te amo, te adoro, te tiro al inodoro.

¡Levante la mano el que nunca tuvo ganas de tirar su computadora desde un décimo piso! Si nunca sintió eso, considérese afortunado. Mi computadora es viejita, pero todavía tiene cuerda para rato. Sin embargo, desde hace ya algunos años mantengo una relación de amor-odio con ella. ¿O será con Internet? Cuando estaba lejos Internet me comunicaba con los míos, cuando estoy cerca, me comunica con el resto del mundo. Una grandiosidad, ¿verdad? Así y todo, hay días en los que sólo quiero tirar el vehículo de tan maravilloso invento por la ventana y ver cómo se hace pedacitos. Sé que después me arrepentiría terriblemente, bajaría las escaleras con desesperación pensando: "¡Qué hice! ¡Perdonáme! ¡No quise hacerlo!" y haría las cuentas necesarias para saber en cuánto tiempo podría comprarme una nueva.

Hoy es uno de esos días en los que intento trabajar y sólo puedo de a ratos, tentada de apretar botones de "Like" en Facebook, chequear si tengo mails, o ver si hay alguien interesante para hablar en Skype. Facebook-Gmail-Skype-Facebook-Skype-Gmail-Facebook y así hasta el infinito, o hasta que una voz interior me dice: "¡Hacé algo!" Y ahí escribo o contesto algún e-mail. Después miro ritualmente cada una de las pestañas que tengo abiertas y vuelvo culposa al trabajo.


A veces pienso que si usara de forma eficiente todo el tiempo que paso en Internet haciendo nada, podría ser la persona más productiva del mundo, construir algún edificio imponente, librar y ganar la batalla contra alguna enfermedad incurable, ser una persona realmente sociable (con personas de carne y hueso) y me sobraría tiempo. S. dice que eso le pasa a la mitad de la humanidad hoy en día. Yo pienso que quizás deberíamos juntarnos todos y, no sé, salir a limpiar las calles (quizás debería empezar con mi habitación), armar una mega pirámide humana, o una ronda y darle un abrazo al mundo, o tal vez deberíamos construir un puente que cruce el Atlántico y el Pacífico. Así estaríamos más unidos que a través de la web.

Sí, hoy es uno de esos días en los que tengo ganas de gritar "¡Pare señora Internet! ¡Me quiero bajar!" Y en vez de hacerlo, vengo con mi taza de café en la mano a escribirlo en mi blog.

lunes, 17 de octubre de 2011

El lunes empiezo...

"Y mientras miraba las fotos de sus amigos trapecistas desgañitándose del esfuerzo, con un suave empujón de su dedo índice, metía el último bombón que quedaba en la caja en su boca."


lunes, 3 de octubre de 2011

Rosario siempre estuvo cerca...

En estos momentos... ¡me encanta estar cerca! ¡Las adoro Malalas!