sábado, 21 de enero de 2012

Y fueron felices y comieron perdices...

Desde hace unas semanas tenemos nuevos huéspedes. No, las pulgas ya son historia vieja. Aunque siguen merodeando por acá, creo que nos acostumbramos al olor del repelente y al ritual de pasar la aspiradora todas las mañanas.

Camilo y Che (así los nom- bramos después de que se amotinaran en la casa hace algunos días) nos despiertan todas las mañanas con sus correteos y cuchicheos -al parecer "cuchichiar" proviene del ruido que hacen las aves como las perdices- y nos acompañan hasta que nos vamos a dormir, momento en el que vuelan hasta las ramas de uno de los árboles del jardín y ahí se quedan. "Guinea fawls" o gallinas de Guinea en castellano, son aves típicas del área.

Aunque todavía no se dejan fotografiar de cerca, de a poco van tomando confianza. Quizás en algunas semanas pueda juntarlas con los topos y babuinos que atacan nuestra huerta y enseñarles a pasar la aspiradora...

viernes, 6 de enero de 2012

Pulgas 2 - Caro 0

Empiezo a sen- tir empatía por los perros. Ya probamos ae- rosoles, polvos y humos de todos los co- lores. Así y todo, las mal- ditas saltan más que un Estadio de River lleno en recital de los Stones.

miércoles, 4 de enero de 2012

2012: Humor de pocas pulgas

Hace unos dias llamó una amiga de S. y le contó que su casa había sido invadida por pulgas. La anécdota pasó desapercibida y fue comentario breve durante la fiesta de año nuevo. Ahí conocí gente bastante interesante: algunos escritores, periodistas, fotógrafos, todos con alguna que otra característica que me posibilitó etiquetar la fiesta como "muy hippie". Entre los invitados estaba Annette, una alemana de Berlin que vive en Sudáfrica desde hace 16 años y que muy picarezcamente acotó que "lo mejor en estos casos es usas botas de goma".

Quizás tendríamos que haberla escuchado. Desde hace cuatro días lidiamos una batalla campal contra las pulgas que, literalmente, se adueñaron de la casa. Así recibimos el año nuevo, buscando un Pick n Pay abierto para comprar algo para fumigar.

S. dice que ve cierto placer en mi cara durante mis sesiones de fumigación y limpieza de la casa (ya aspiré la casa como tres veces). Puede ser. Quizás me recuerde a la sensación posterior a las tardes de depioje cuando era chica, porque obviamente en mi casa todos -salvo mi papá que es pelado- teníamos piojos; y mi mamá se pasaba tardes enteras despiojándonos. Pero después se sentía tan bien...

Creo que también me causa gracia lo patético del asunto. Si este es el año en el que se acaba el mundo, podrían alguna peste un poco más significativa, ¿no?