La argentinidad se respira en las calles holandesas de Amsterdam. En estos dos días, encontré al menos diez restaurantes argentinos (si no más) en un perímetro de quince cuadras. Encontrar uno me había sorprendido hace diez años; encontrar tantos, me hace pensar que tan mal no les debe ir. Curiosa por saber los precios, no me extrañó ver que el bife de lomo de 300 gramos costaba 25 euros. Imaginé que el costo de importación, impuestos y demás podrían hacer de este plato algo más caro. Para una estudiante -y para los que saben lo que sale un bife de lomo de 300 gramos en Argentina- pagar ese precio es impensable. Para los locales, pagar 25 euros puede ser más barato que viajar a Argentina, y quizás convertirse en un gusto que se pueden dar cada tanto.Mientras pensaba todo esto, me acordé de una increíble escena de "Esperando_la_carroza". Mejor que contarla es que la vean (o recuerden para aquellos que ya la conocen).
En Amsterdam, el diálogo entre los personajes de Luis Brandoni y Juan Manuel Tenuta no hubiera causado gracia. Las empanadas, símbolo de la pobreza digna, que se compran por docenas para fiestas o para escapar a la labor de cocinar, en Holanda se transforman en un producto gourmet de consumo ostensible. El precio promedio de la unidad: ¡5.25 euros!
Para los que no lo creen, miren algunos de los menúes acá. Ya sé; no me lo digan: con estos precios, y lo que me gusta cocinar quizás debería cambiar de rubro.
Vos averiguá el precio de alquiler de locales, después practicá la masa,y en un par de semnas te lo mandoa papi para que abra el nuevo emprendimiento, así me gusta, la nueva generación G. abriendo nuevos mercados!!!!
ResponderEliminarUn beso,
Ma
Y yo que pensé que aca eran caras porque me las cobraban $2!!!!! Estan en pedo! De qué eran las empanadas? Yo tengo seis meses hasta empezar las clases otra vez, haceme un lugarcito y nos ponemos un microemprendimiento!!!!!! Nos hacemos millonarias!!!!!
ResponderEliminarBesos, te quiero, JOSE