miércoles, 7 de octubre de 2009

Un día de furia

Hoy comprobé que en Europa también se puede tener un pésimo día. Como suele suceder en estos casos, uno sólo descubre que se trata de uno de esos días cuando ya está en medio del baile y no puede más que bailar.

Todo empezó ayer a la noche mientras escribía el informe sobre mi proyecto de adscripción (Maxi, Virgi, ¡prometo que ya lo entrego!). Gradualmente y sin darme cuenta la pantalla de mi computadora empezó a titilar. "Un virus", pensé. Actualicé mi antivirus y nada. La hermosa imagen de Algeria que tengo en el escritorio de mi computadora de repente desapa-reció. "Demasiado para un martes a las 12.30 AM. Me voy a dormir." Descansé con la tranquilidad de haber hecho un backup de mis archivos la semana anterior, pero me levanté temprano para ver qué podía hacer.

Hoy a la mañana prendí la computadora y encontré igual panorama. A los quince minutos la pantalla se apagó. "¡La batería!", se me ocurrió. Dicho y hecho. Saqué la batería, enchufé la computadora y funcionaba. Podía respirar tranquila. Buscando en Google acerca del posible problema vi un video explicativo que me ayudó a entender el problema. ¡Volví a poner la batería y funcionaba!

Problema resuelto. Pronto debía salir para la facu. Miré la hora y... "¿Dónde está mi reloj?" Lo busqué por todos lados pero inútilmente. "Se hace tarde; tengo que salir", me dije. Abrí la puerta y llovía. "¡Uf... Hace más de una semana que llueve en Groningen. ¿Algo más puede pasarme?" Sí. En mi apuro y pesadumbre por haber perdido el reloj que Stuart me había regalado para mi primer cumpleaños juntos, no me di cuenta de que mi bicicleta hacía un ruido extraño. Llegué a la facultad con un humor de perros y lo comprobé: otra vez se me había pinchado la rueda trasera.

Después de clase volví al negocio donde el viernes anterior me dijeron haber cambiado la llanta pinchada. Creo que el pobre chico que atendía me vio mi cara de "no me vas a hacer pagar por esto de nuevo", porque enseguida me dijo que no había problema, que la garantía lo cubría.

En cuanto al reloj, todavía no lo encontré, aunque Elena me contó que en Rusia existe una superstición que dice que cuando se pierde un reloj se encuentra la felicidad...

8 comentarios:

  1. Caro!!!! este blog lo tenés que hacer libro después!! jajajja, me encanta
    Los días del ort son internacionales
    ojalá que aparezca el reloj y deje d llover un poquito!
    besos
    Flor

    ResponderEliminar
  2. Perdon Caro,
    Parece como un dia desde infierno (day from hell). No te preocupes. Y en viernes vas a despertar a "un ano neuvo... un ano mejor"...
    Beso
    Stu

    ResponderEliminar
  3. No conozco a Flor pero coincido con ella.... abro el Blog esperando el capitulo del dia...como quien sigue una novela. Me encanta Leerte....y ojala aparezca el Reloj menudo significado tiene

    ResponderEliminar
  4. Bueno, respira profundo, ya te veo como Michael Duglas, disparandole al empleado de la gomeria!!!!!!!!! Ya va a aparecer el reloj, seguro lo dejaste en algún lado y no te acordas....
    Besos, te quiero, JOSE

    ResponderEliminar
  5. Ja! Apareció el primer hombre que "espía y espera"! Si señoaras y señoritas! Apareció Stu!!!
    Bienvenido al club de seguidores!!
    Caro, vamos a hacer fuerza para que el reloj aparezca, ese objeto tiene ya muchos kilómetros volados como para perderse en Groningen!
    Un beso, te quiero y te extraño.
    Mamucha

    ResponderEliminar
  6. A ver Car...retrocede en tus pasos...que hiciste antes de darte cuenta que no lo tenias?, algun bolsillo de la campera, jean, cajon?, te lavaste las manos?, en la cocina, en elgun estante?, DA VUELTA UN VASO, mandinga a veces esta estupidez me funciona, jajaja, Caro...me encata tu estilo!!!, un beso

    FELIZZZ CUMPLE!!!!!

    ResponderEliminar
  7. Uy, esto me hizo acordar a... Julio Cortázar! Que ya lo leímos tanto pero una vez más qué importa!

    Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

    Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.


    Instrucciones para dar cuerda al reloj

    Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

    ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

    ResponderEliminar
  8. Guau! Gracias, Marian! Gracias, Julio!

    Tía, todavía no lo encontré, pero por si las dudas di vuelta el vaso!

    En cuanto a la bici, no tuve que pagar nada después de la cara de ort... que le puse al vendedor, jeje

    Beso!

    ResponderEliminar